Las fiestas de San Antonio Abad o San Antón son, junto a las de San Sebastián, la Candelaria y San Blas, las celebraciones más significativas del calendario popular y religiosos de la España rural
San Antón mantiene una profunda y arraigada tradición en la comarca de Guadix, aunque también es cierto que con la menor incidencia económico-social de la agricultura y la ganadería haya perdido parte de su propia razón de ser y de su naturaleza típicamente rural y campesina. A pesar de ello, la fuerza de la tradición mantiene la celebración de esta fiesta en la que destacan tres circunstancias: ser San Antón patrón de los animales, el encendido de las luminarias y el guiso típico del día (olla de San Antón)
El 17 de enero, día del Santo, se celebra la romería y la procesión a la que acuden los vecinos y visitantes con animales de trabajo y también domésticos buscando la protección del Santo para lo que es necesario dar nueve vueltas a la ermita. Las luminarias se encienden la víspera de San Antón, día 16, en los barrios y casco antiguo de la ciudad con los muebles y otros trastos viejos de las viviendas. La tradición dice que quemar las barbas de San Antón da protección. De todas formas, es un bello espectáculo destacando la luminaria que arde en la era situada frente a la ermita del Santo.
Antaño, la fiesta popular incorporaba una comida esencial: la olla de San Antón que no ofrece una receta unificada, porque depende de la disponibilidad de los ingredientes y del arte de los cocineros pero sus ingredientes básicos no pueden faltar: habas secas y otras legumbres, además de productos del cerdo en los que es imprescindible la careta y la orej.a