Desde el balcón de su vivienda, tras el fin del confinamiento Muñoz Molina narra la vida de su barrio y el transcurrir diario para recuperar el pasado: regresar a la vieja normalidad. En este marco, el autor entremezcla vivencias presentes con recuerdos de su vida en la ciudad que creció y pasó su infancia, impregnada en una cultura rural y campesina que se extingue y en la que la generación del autor es en uno de sus últimos testigos.
En una entrevista realizada a Muñoz Molina en el diario digital “El Español” sobre “Volver a donde” dice "Cuando uno está, como yo, a caballo entre la memoria de sus mayores y el futuro de sus nietos, es más consciente del paso del tiempo, de la propia mortalidad" y por ello se encuentra obligado a reflejar como era el mundo de sus padres.
“Volver a donde” es una preciosa novela con mensajes del mundo actual y el pasado cercano, pero también es una advertencia, como expresa el autor en la entrevista, que existen amenazas que no son del futuro, sino del presente, y que debemos afrontarlas hoy mismo para que el futuro no sea radicalmente catastrófico.” Pasado y presente no son regiones separadas. Si prestas un poco de atención el pasado lejano está siempre muy cerca. En el libro hay muchas conversaciones….. que me llevan a un tiempo muy lejano, pero a la vez están en el presente. Por eso la estructura de este libro refleja el modo en que el presente y el pasado se mezclan de manera continua. Estamos en ambos mundos constantemente, te viene de pronto un recuerdo, un olor, o te encuentras con alguien…. El pasado y el presente son, en realidad, el mismo tejido”.