Óleo sobre lienzo
169 x 117,5 x 4,5 cm
Este lienzo de medianas proporciones representa el descendimiento de Cristo, uno de los temas predilectos del medievo y que toma gran auge durante la Contrarreforma, al mostrar el momento en el que Cristo es bajado de la cruz según el relato evangélico, narrado por los cuatro evangelistas.
Como señala Laura Rodríguez Peinado, en su estudio iconográfico sobre el tema: “Como otros episodios de la Pasión que se conmemoraban en las oraciones vespertinas del Viernes Santo, parece estar muy influido por los autos sacramentales y los Misterios medievales, de modo que las figuras se disponen en composiciones que siguen escenografías teatrales. Es un tema que deriva plásticamente de la Crucifixión, por lo que en muchas de las composiciones se disponen a ambos lados de la cruz, la Virgen y San Juan”.
Existen numerosísimas versiones del tema, con multitud de variantes compositivas, sin embargo nos interesa centrar la atención en la reinterpretando el tema del descendimiento del artista alemán Alberto Durero, que había tenido un gran éxito en la Italia de principios del s .XVI, en la obra de artistas como Rafael, como demuestra este grabado conservado en al Biblioteca Nacional [fig. 1].
Con posterioridad la composición se difundió a través de los grabados del artista italiano Marco Antonio Raimondi [fig. 2]. Estas estampas obtuvieron notable alcance y fueron aprovechadas por numerosos artistas, que reinterpretan el tema a partir del grabado, es el caso del pintor flamenco afincado en Sevilla y conocido con el nombre de Pedro de Campaña.
Este artista realizó, entre 1537 y 1563, numerosas obras en el ámbito de la capital hispalense, destacando algunas versiones del tema del descendimiento, como la de la iglesia de Santa Cruz, actualmente en el Museo de Montpellier [fig. 3] o la conservada en la Catedral de Sevilla [fig. 4]. Ambas reflejan las numerosas influencias que recibe el artista belga, desde lo flamenco por su formación, la composición de Durero a través de la versión de Raimondi, y el modo romano de matices manieristas.
La obra de la Fundación Visconti, reproduce literalmente el grabado del descendimiento de la cruz de Raimondi, fechado hacia 1520, al menos en la parte superior, en lo que se refiere al propio descendimiento, con dos personajes que sobre las escaleras se descuelgan por la cruz, sosteniendo uno de ellos el cuerpo ingrávido de Cristo y el otro extrayendo, con unas tenazas, el clavo de la mano derecha, que lo liberará de la cruz. Esta composición muy simétrica, obliga a varios escorzos en las figuras, especialmente en el cuerpo de Cristo que describe una diagonal paralela a uno de los lados del triángulo conformado por las escaleras, reforzando el dominio de la línea compositiva piramidal.
Varía sin embargo sustancialmente la composición en la zona baja, cambiando la posición de la Virgen y del resto de personajes, donde cobra notable protagonismo el lamento de la madre en primer término, reduciendo la amplitud de la composición original, y renunciando a la tradicional composición de las lamentaciones en sentido horizontal, con la Virgen desfallecida y auxiliada por las santas mujeres, tal y como aparece representada en el grabado de Raimondi.
Esta copia debe fecharse ya en el siglo XVII, dado el tratamiento de las luces, del color y de algunos matices compositivos, que caracterizan la obra como una pintura barroca, de foco artístico local, realizada con toda probabilidad por un artista anónimo que reinterpreta el grabado de Raimondi e introduce variantes propias del arte contrarreformista español, privilegiando la figura de la Virgen.
Se trata por tanto de un magnífico ejemplo de la eficacia en la transmisión de la imagen a través de grabados, como fuente habitual de inspiración para artistas, que permitía por un lado una corrección iconográfica muy vigilada por la Iglesia, y una eficacia plástica muy valorada por el comitente.