El Palacio de Villalegre, situado en el centro del casco histórico de Guadix, colindante con el palacio episcopal y frente al antiguo Hospital Real en cuyo solar se asentaba anteriormente la sinagoga, fue construido por la familia de los Fernández de Córdoba en la segunda mitad del siglo XVI sobre un terreno propiedad de Hernán Valle, sobrino y secretario de El Zagal, último rey árabe de Guadix. El palacio fue adquirido en 1685 por Don José Manrique de Arana, marqués de Villalegre, de quien toma su nombre que aún conserva.
El Palacio fue inicialmente vivienda solariega de sus propietarios, pero hacia los años treinta del siglo pasado fue cuartel de la guardia civil y posteriormente casa-corrala en habitaban más de una docena de familias. En la actualidad es propiedad municipal; en sus dependencias se ubican servicios del Ayuntamiento y en el patio se destina para la celebración de actividades culturales.
El edificio ha sufrido varias reformas a lo largo de sus 4,5 siglos de vida, aunque se han conservado sus elementos constructivos fundamentales. La fachada principal, situada en la calle de Santa María del Buen Aire, es de estilo renacentista en la que destacan dos grandes escudos de los Fernández de Córdoba, situados a ambos lados del balcón principal. La puerta principal de acceso al edificio es adintelada y luce la siguiente leyenda: DEXTERA NI FECIT VIRTUTEM/ DEXTERA DOMINI EXALTIT ME ( si la diestra no me hace valeroso, la diestra no me ensalza). Flanqueando al edificio se levantan dos torres gemelas con arcos mudéjares y techos de vigas de mader que dan empaque y grandeza al edificio, siendo de una apreciable belleza su iluminación nocturna.
El patio interior central, de trazo cuadrangular, tiene 12 columnas con capiteles jónicos y arcos de medio punto. En los capiteles situados en las esquinas se adosan motivos heráldicos. La escalera que da acceso a la planta superior tiene una bóveda de madera y alguna de las dependencias interiores conservan artesonados mudéjares