Todos los años, con motivo del día de San Torcuato, su hermandad organiza una romería a los lugares en los que, según la tradición, el Santo sufrió martirio y fue enterrado. En recuerdo de los hechos, hace siglos, se construyó una sencilla ermita, restaurada en los años ochenta del siglo pasado. El lugar, llamado Face Retama, dista de Guadix 14 kilómetros. Cuenta la leyenda que: habiéndose plantado un olivo a la entrada de la iglesia, todos los años en la víspera de la fiesta este se cubre de flores que al día siguiente se convierten en hermosas aceitunas, que el público se apresura a coger para usos devotos, siendo tal que da para llenar varios canastos. La imagen de San Torcuato es paseada en andas a hombros de los peregrinos, precedidos de un estandarte con bordado alusivo al Santo. La procesión discurre por los campos cercanos, mientras que los acompañantes ruegan y piden lluvia para que las cosechas sean fructíferas