Óleo sobre tabla
94 x 73,5 x 0,5 cm
Tabla que representa el momento en el que, tras la decapitación de San Juan Bautista, el verdugo entrega a Salomé la cabeza del santo.
Según el relato evangélico, Herodes estaba casado con Herodías y su matrimonio había sido denunciado por san Juan Bautista por ser mujer divorciada. El santo fue encarcelado, pero por temor a la contestación del pueblo no fue ajusticiado, sin embargo, como regalo, tras juramento de su padre por haber bailado durante su fiesta de cumpleaños, Salomé pidió la cabeza del Bautista sobre bandeja de plata y Herodes se la concedió.
Se trata de un tema muy recurrente en la pintura italiana y representado en numerosas ocasiones, destacando las que hicieron Tiziano o Caravaggio, y que encontró amplia difusión en toda Europa.
En primer término, aparece el cuerpo inerte del Bautista del que mana un aparatoso charco de sangre, tras este, las figuras del verdugo depositando la cabeza recién cortada en la bandeja que sujeta Salomé y, en el último término, en una habitación al fondo aparece representado Herodes sentado a la mesa con Herodías, madre de Salomé.
Esta tabla está inspirada directa y fielmente en el grabado del grabador flamenco Johan Sadeler (1550-1600) [Fig. 1], y como la propia firma del grabado revela -“M D Vos invent: ISdler fec: et excud “-, está basado en una pintura de Maerten de Vos .
Se trata de la “Decapitación del Bautista”, conservada actualmente en el Museo Real de Bellas Artes de Amberes (Koninklijk Museum voor Schone Kunsten) [Fig. 2]. Procede del retablo de la “Duda de santo Tomás” de la Catedral de Amberes, cuya realización fue encargada a Maerten de Vos por el Gremio de Peleteros de la ciudad, en la década de 1570, siendo realizada esta pintura 1574.
Se trata de la escena interior que contiene una de las puertas que cierran el altar y es un óleo sobre tabla. Este hecho determina la verticalidad de la composición de la pintura de Vos, que presenta a todos los personajes en distintos planos en un mismo eje, y fuerza el poderoso escorzo del cuerpo decapitado del Bautista, así como el airoso giro del verdugo para depositar la cabeza en la bandeja.
El grabador se ha permitido la licencia de invertir parte de la composición, para liberar espacio a la izquierda, completando la arquitectura fingida con un nuevo arco, y situando la escena en el interior del presidio, donde aparece un preso sentado y la trampilla de una mazamorra.
En el fondo y tal y como sucede en el grabado, se representa la entrega, por parte de Salomé, de la cabeza en la bandeja de plata a su madre Herodías, en presencia de Herodes. Este recurso es habitual en la pintura y ayuda a completar la interpretación de las escenas, aunque éstas sucedan en momentos distintos y en el cuadro se representen de forma simultánea. Este recurso fue muy usado durante el barroco español, artistas como Velázquez hicieron de él una herramienta habitual , que Julián Gallego bautizó como “el cuadro dentro del cuadro”.
Maerten de Vos [Fig. 3] nació en Amberes en 1532 y falleció en la misma ciudad en 1603. Es una de las figuras más singulares de la pintura flamenca del quinientos. Viajó a Italia acompañando probablemente a Pieter Brueghel el Viejo. En su estancia italiana conoció la pintura de Miguel Ángel o Veronés, aunque destaca la influencia de Tintoretto, en cuyo estudio de Venecia trabajó.
Su producción por tanto está fuertemente influenciada por el manierismo italiano, aunque la viveza del color en su pintura es precursora del color del barroco flamenco, tan característico de la obra de Rubens.
Nuestra tabla, que debe provenir de algún retablo en el que se narrara la vida y martirio del Bautista, delata clara influencia italiana y centroeuropea, como revela el grabado en el que se inspira. La pintura de Maerten de Vos fue realizada en 1574, y el grabado de Sadeler en los años siguientes, por lo que nuestra tabla debe fecharse durante a finales del XVI o primeros años del siglo XVII, como demuestra el manierismo que acusa la pintura en general , y el claroscuro que asoma incipiente en los contrastes lumínicos provocados por las distintas fuentes de luz, focalizadas en los puntos de interés de la pintura.
Pudo ser realizado en España, donde se generalizó el uso del grabado como fuente de inspiración para la pintura, aspecto fundamental para el desarrollo de la pintura barroca, como viene señalando desde hace años el profesor Navarrete Prieto.