Es uno de los lugares más bellos de la comarca de Guadix. El paisaje que se divisa desde este enclave ofrece una perspectiva que se caracteriza por una espléndida visión de bad-lands, el valle del rio Alhama, las poblaciones de Beas, Marchal y Purullena y el cielo infinito que en la distancia se une a los cerros.
Para llegar al fin del mundo el camino más transitado por senderistas y amantes de la naturaleza es el que une Paulenca y Beas. Se inicia muy cerca de la iglesia de Nuestra Señora de la Paz y continúa por una pendiente, no demasiado empinada, que desemboca en un llano, que tiene más de un kilómetro de largo hasta la zona del mirador, por un camino de tierra bien conservado en el que se crían cultivos de secano y arbustos propios de la zona.A la derecha del camino también se extiende el llano y en su límite se divisa el valle con algunas balsas en las que en épocas de sequía acuden las cabras montesas a refrescarse y beber agua.
El camino de tierra, que gira a la izquierda en dirección a Lugros, conduce a una acusada depresión en la que el paisaje ofrece una perspectiva llena de color y luminosidad difícil de explicar con palabras. Aquí el camino empalma con una vía asfaltada que va descendiendo por la ladera hasta el pueblo de Beas.