San Juan Bautista, Anónimo, finales del  s. XV

Óleo sobre tabla y dorado

124 x 70 x 3cm

Esta tabla, procede sin duda de un retablo del que no tenemos noticia, como delata el borde superior en el que no hay pintura ya que éste debió estar tapado por una moldura.

Representa a San Juan Bautista según su iconografía tradicional, es decir como hombre de edad mediana, largo cabello y barba, vestido con pieles de camello y con manto rojo, sostiene un libro sobre el que reposa un cordero al que señala, como alegoría de su misión profética de proclamar al Mesías ó Cordero Pascual. El santo está de pie, en un paisaje boscoso, en lo que parece ser el lecho del río Jordán, en el que según la tradición se produjo el bautizo de Cristo.

Es una de las representaciones iconográficas más frecuentes de la segunda mitad del siglo XV español, ya que los Reyes Católicos fomentaron su culto, unido al de San Juan Evangelista, santos a los que dedicaron buena parte de las iglesias que fundaron o sobre las que ejercieron mecenazgo en recuerdo de sus padres Juan II de Castilla y Juan II de Aragón.  Junto a esta escena, acaso la más popular, se multiplicaron las temáticas del Bautismo de Cristo y de la Degollación del Bautista, que en el Barroco alcanzó sin duda su mayor cuota de crudeza con la popularización de las cabezas cortadas del santo, sobresaliendo en esta iconografía con diferentes versiones el escultor Torcuato Ruiz del Peral.

A la vista de la pintura se percibe la ausencia de una absoluta rigidez estatuaria, propia de la pintura española del segundo tercio del siglo XV, o la poca angulosidad de los pliegues del manto que indican que se trata de una obra del gótico avanzado.

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La pintura no tiene el detallismo y brillo de la pintura flamenca, sin embargo sí que goza de los mismos principios de perspectiva y riqueza iconográfica que la producción de esta escuela. Fueron muchos los artista influidos por la pintura flamenca en Castilla,  cautivados entre otros por la producción de maestros que se afincaron en España como Petrus Christus o Juan de Flandes. Destacaron artistas como Francisco Chacón o Fernando Gallego, en cuya producción además comenzaban a apreciarse paulatinamente la influencia que supuso la llegada de artistas italianos a la Península, de la mano de la corona de Aragón. De estos dos artistas se conservan en Granada sendas tablas del “La Quinta Angustia”, traídas por los Reyes Católicos y actualmente conservadas en el Museo de Bellas Artes de Granada  y en la Iglesia de San Juan de los Reyes.  Con ellas guarda una relación estrecha en cuanto a la técnica empleada, óleo sobre lienzo, y en cuanto al uso del dorado en los nimbos o aureolas de los santos.

Esta obra en efecto debió ser realizada con probabilidad por algún artista hispano flamenco  del tránsito del siglo XV al XVI, seguidor de la escuela castellana, y que ya tenía leves conocimientos de la pintura que empezaba a realizarse en Italia durante la segunda mitad del siglo XV.