El refugio antiaéreo de Guadix, abierto al público el pasado mes de abril, está situado en el subsuelo de la plaza de la catedral y centro del casco histórico de la ciudad. Tiene su acceso por la calle Largacha, pero cuenta con otras cuatro entradas que actualmente están cegadas. Esta construcción subterránea, además de su valor cultural, cívico e histórico conforma una muestra viva de la defensa de la población civil en tiempos de guerra, que por desgracia sufrieron los habitantes de pueblos y ciudades en la guerra del 36, pero también miles de ciudadanos europeos en las guerras mundiales del pasado siglo.
El refugio de la plaza de la catedral está formado por un pasillo principal y otros varios trasversales, comunicados entre si, con un banco corrido adosado a sus paredes para acomodar a las personas durante el tiempo que permanecían en su interior y al que acudían cuando las autoridades, mediante una potente alarma, avisaban de un inminente bombardeo.
Su decoración es sencilla y sorprendente. Junto a paneles explicativos, carteles y decoración de la época, aparecen curiosidades como juguetes que ayudaban a los niños a mejorar, entretener y combatir el miedo en sus largas estancias bajo tierra, con escasa o ninguna iluminación
La ciudad de Guadix cuenta con otros refugios antiaéreos, todos ellos cerrados materialmente, pero que con escasos recursos económicos podrían incrementar el patrimonio, la oferta turística de la ciudad y, a su vez, convertirlos en símbolo del sufrimiento de la población civil en tiempos de conflictos bélicos.