La fiesta de San Antón es una de las tradiciones populares de mayor raigambre de la ciudad de Guadix. Se celebra a mediados del mes de enero y aunque ha sufrido altibajos a lo largo de su historia, mantiene sus actividades más identificativas: la procesión del Santo, la romería, la bendición de los animales y las luminarias nocturnas.
El día del San Antón es el 17 de enero, aunque desde hace algunos años se viene trasladando al fin de semana más cercano para que la población pueda participar y asistir con mayor comodidad y posibilite la asistencia de turistas y no residentes. Este año de 2018, la fiesta se celebra el 13 y 14.
Las actividades se desarrollan en la ermita y alrededores, a la que se traslada en procesión el Santo, con asistencia de miles de personas. Durante años, la mayor singularidad de la fiesta consistía en la presencia de los dueños de animales de trabajo (caballerías, bueyes, vacas, cabras, etcra) que, para conseguir el amparo y favor del Santo, debían dar nueve vueltas a la ermita, a pie o en compañía del animal. Otra particularidad de la fiesta era el consumo, por parte de los asistentes a la romería, de frutas tropicales y cítricos, que no era habitual, no solo, por su valor económico, sino por la lejanía de los lugares de producción y las dificultades de transporte.
Pero quizás, la actividad más identificadora de esta fiesta son las luminarias. Esta tradición, muy arraigada y vinculada a la festividad de San Juan y del solticio de verano, en toda el área mediterránea, tiene en Guadix una especial significación la víspera de San Antón. Los vecinos de los diferentes barrios de la ciudad, esta noche, queman muebles y enseres sin uso, mientras observan las mil imágenes que proyecta el fuego hacia el cielo y en las paredes de los edificios. Seguro que en las luminarias pervive alguna tradición pagana.